EL MIEDO A CONOCERSE

El joven protagonista del relato jugaba a ser médico en un hospital de juguete mientras su verdadera vocación se iba atrofiando, hasta que se abrió la puerta del ala oeste. ¿Qué había tras ella? Probablemente la verdadera enfermedad y la miseria; personas desahuciadas que necesitaban algo más que una operación de apendicitis; el enfrentamiento con la muerte. Tal vez meterse de lleno en ese mundo y tratar de hacer algo por sus tristes habitantes era la verdadera vocación de ese médico, aquello a lo que le empujaba su verdadero yo. Quizás un camino doloroso, pero el suyo, aquél que le habría provocado satisfacción y felicidad si hubiera tenido el valor de atravesar la puerta y enfrentar sus miedos.
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