LA CONQUISTA DE TUS SUEÑOS
Para todos los hombres y mujeres, la conquista de sus propios sueños es un largo camino cubierto tanto de flores como de cardos, que a veces sabe a miel y otras veces a hiel, que a veces acaricia y otras golpea, que nos hace reír y también llorar.
El camino hacia los sueños nos enfrenta a cosas opuestas a cada paso, y es así para todos. Ningún camino es del todo llano, y ninguno es del todo escabroso. Pero cada paso, bueno o malo, dulce o amargo, áspero o suave, cada paso es enseñanza. Enseñanza que debemos capitalizar, como lecciones de vida, para que nos ayuden en la búsqueda del próximo sueño.
Y que las piedras que se van presentando en el camino no sean lo suficientemente duras como para detener nuestra marcha. A medida que más nos acercamos a la meta, más difícil parece alcanzarla. Y es lógico... cuanto más camino recorrimos, más trabas, más miedos, fuimos acumulando.
Pero debemos seguir. Seguro que detrás de la piedra más difícil de vencer está lo que buscamos. Y eso... eso justifica cualquier esfuerzo. Y cuando nos sintamos desfallecer, paremos un minuto, miremos profundamente nuestro ser interior, escuchemos su voz, visualicemos lo que quiere, lo que fervientemente anhela...
Ya nada nos detendrá.
El camino hacia los sueños nos enfrenta a cosas opuestas a cada paso, y es así para todos. Ningún camino es del todo llano, y ninguno es del todo escabroso. Pero cada paso, bueno o malo, dulce o amargo, áspero o suave, cada paso es enseñanza. Enseñanza que debemos capitalizar, como lecciones de vida, para que nos ayuden en la búsqueda del próximo sueño.
Y que las piedras que se van presentando en el camino no sean lo suficientemente duras como para detener nuestra marcha. A medida que más nos acercamos a la meta, más difícil parece alcanzarla. Y es lógico... cuanto más camino recorrimos, más trabas, más miedos, fuimos acumulando.
Pero debemos seguir. Seguro que detrás de la piedra más difícil de vencer está lo que buscamos. Y eso... eso justifica cualquier esfuerzo. Y cuando nos sintamos desfallecer, paremos un minuto, miremos profundamente nuestro ser interior, escuchemos su voz, visualicemos lo que quiere, lo que fervientemente anhela...
Ya nada nos detendrá.
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