VIVE EL PRESENTE.
Nos movemos a base de prejuicios de recuerdos y tópicos. Es peligroso vivir de la memoria, del pasado. Sólo el presente está vivo, y todo lo pasado está muerto, no tiene vigencia. Incluso el futuro no existe. Sólo hay vida en el presente, y vivir en el presente supone dejar los recuerdos, como algo muerto, y vivir las personas y los acontecimientos como algo nuevo, recién estrenado, abierto a la sorpresa que cada momento te puede descubrir.
Es el ahora el que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible, ahora es la realidad. La idea que tiene la gente de la eternidad es estúpida. Piensa que dura para siempre porque está afuera del tiempo. La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un futuro que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es el ahora. Te pierdes la verdad.
El temor al futuro, o la esperanza en el futuro, es igual, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues no existe lo que no entra en la realidad.
Cuentan que un indio, condenado a muerte, se escapa y como lo persiguen de cerca se sube a un árbol que está colgado sobre un precipicio. Abajo lo esperan sus guardianes. No tiene escapatoria. Pero, de pronto descubre que el árbol al que se subió es un manzano. Entonces toma su fruto y se pone a saborear las manzanas que están a su alcance. Esto es saber saborear el presente, sin proyectar el pasado en el futuro.
¿Sería posible vivir sin angustias ni preocupaciones? Eso sólo lo descubrirás cuando estés despierto y viviendo en presente.
El amor va siempre unido a la verdad y a la libertad, y por eso nunca es débil.
Es el ahora el que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible, ahora es la realidad. La idea que tiene la gente de la eternidad es estúpida. Piensa que dura para siempre porque está afuera del tiempo. La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un futuro que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es el ahora. Te pierdes la verdad.
El temor al futuro, o la esperanza en el futuro, es igual, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues no existe lo que no entra en la realidad.
Cuentan que un indio, condenado a muerte, se escapa y como lo persiguen de cerca se sube a un árbol que está colgado sobre un precipicio. Abajo lo esperan sus guardianes. No tiene escapatoria. Pero, de pronto descubre que el árbol al que se subió es un manzano. Entonces toma su fruto y se pone a saborear las manzanas que están a su alcance. Esto es saber saborear el presente, sin proyectar el pasado en el futuro.
¿Sería posible vivir sin angustias ni preocupaciones? Eso sólo lo descubrirás cuando estés despierto y viviendo en presente.
El amor va siempre unido a la verdad y a la libertad, y por eso nunca es débil.
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