¿QUE ES EL AMOR?
Es la miel de todas las penas, el quehacer de todos los días, el eje de todos los motivos ¡y el milagro invisible que realiza Dios dentro de nosotros!
El amor es un arte y una ciencia, no un oficio.
El amor es un entretejido, un traspaso y un goteo, no una ventaja.
El amor es un ensanchamiento, una aspiración y una luz, no un adorno.
El amor es la dicha de todos los días, no la espina de todas las horas.
El amor no es vivir de costumbre y de monotonía, sino de pasión y de incentivos.
El amor no es una copa que vas probando, sino un vino donde vas saboreando ese misterio en el que no sólo abarcas la vida, sino donde vas fijando el amor para siempre.
El amor no es una cascada que se despeña, sino un río que canta, hace camino ¡y marca la vida!
El amor no es un volcán que todo lo destroza, sino un árbol donde todo va naciendo, se va consolidando y va creciendo.
El amor no es avidez que reseca, sino un fruto jugoso que te nutre. No es mucha ciencia, sino mucha sensibilidad, muchas rosas y mucho con qué vivir.
El amor no son muchas superficialidades, sino mucha concentración, mucho goteo y mucha pulpa.
Es una pasión, no un hábito. Es una apetencia, no una indiferencia. Es sueño, no cicatriz.
El amor es eso que te hace pequeña y te hace grande, te hace violeta y te hace rosa, te lleva la vida ¡y te hace vivir!
Es eso que te afina la sensibilidad, te llena la corola, te doblega el corazón, te cambia el paisaje, te perfuma el huerto, te afianza las raíces ¡y te mantiene el nido!
Es la antorcha encendida que llevas en lo más alto de la vida.
El amor es un arte y una ciencia, no un oficio.
El amor es un entretejido, un traspaso y un goteo, no una ventaja.
El amor es un ensanchamiento, una aspiración y una luz, no un adorno.
El amor es la dicha de todos los días, no la espina de todas las horas.
El amor no es vivir de costumbre y de monotonía, sino de pasión y de incentivos.
El amor no es una copa que vas probando, sino un vino donde vas saboreando ese misterio en el que no sólo abarcas la vida, sino donde vas fijando el amor para siempre.
El amor no es una cascada que se despeña, sino un río que canta, hace camino ¡y marca la vida!
El amor no es un volcán que todo lo destroza, sino un árbol donde todo va naciendo, se va consolidando y va creciendo.
El amor no es avidez que reseca, sino un fruto jugoso que te nutre. No es mucha ciencia, sino mucha sensibilidad, muchas rosas y mucho con qué vivir.
El amor no son muchas superficialidades, sino mucha concentración, mucho goteo y mucha pulpa.
Es una pasión, no un hábito. Es una apetencia, no una indiferencia. Es sueño, no cicatriz.
El amor es eso que te hace pequeña y te hace grande, te hace violeta y te hace rosa, te lleva la vida ¡y te hace vivir!
Es eso que te afina la sensibilidad, te llena la corola, te doblega el corazón, te cambia el paisaje, te perfuma el huerto, te afianza las raíces ¡y te mantiene el nido!
Es la antorcha encendida que llevas en lo más alto de la vida.
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